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Annabelle Mauger descubrió Cathédrale d’Images en Les Baux-de-Provence en 2000. En 2008, se convirtió allí en la primera mujer directora de una exposición digital inmersiva, la primera del mundo dedicada a Van Gogh. Con Julien Baron, su codirector desde el principio, crearon lilililil en 2017.
Como directora artística, Annabelle se guía por una convicción: las exposiciones Imagine deben establecer una relación directa y cruda entre la obra de arte y el espectador. Este enfoque se basa en una decisión radical: liberar la imagen y la emoción que el artista ha vertido en ella.
Tras explorar el mundo del cine y formarse en los múltiples aspectos técnicos de los medios audiovisuales, Julien Baron se incorporó a Cathédrale d’Images en Les Baux-de-Provence en 2006. En 2008, junto con Annabelle Mauger, codirigió la primera exposición inmersiva del mundo dedicada a Van Gogh. Juntos crearon lilililil en 2017. Encargado del diseño y la producción técnica de las exposiciones Imagine, se asegura de que las obras se proyecten con autenticidad y de que la tecnología se desvanezca detrás de la obra. El objetivo es doble: sumergir al espectador en una ensoñación y mantenerlo inmerso en ella.
EL DISEÑO ESCENOGRÁFICO
«La puesta en escena de la exposición Imagine Picasso surgió de una historia de amistad compartida desde hace una década con Annabelle Mauger y Cathédrale d’Images. Yo soy arquitecto, no escenógrafo. Por lógica debería haber rechazado la propuesta, pero un aroma de aventura por sendas vanguardistas me hizo dejar de lado cualquier idea de prudencia.
La exposición Imagine Picasso no es la enésima regurgitación comercial de una acumulación seleccionada de obras de Picasso. Ya lo hemos visto muchas veces: las exposiciones reiteradas de la obra del maestro se han convertido en una mercancía con el sello de los comisarios y las aseguradoras, poco más que una manera de ganar dinero.
Esta exposición esencial, concebida por Annabelle Mauger y Julien Baron, no presenta ni un solo original de Picasso. Lo que hace es desmitificar la relación entre la obra y su precio, mostrando la producción de Picasso como una cadena de experimentaciones sucesivas, no como eslabones sueltos. He ahí la principal virtud de esta exposición en torno a la obra de un hombre que realizó más de 60.000 mil “experimentos”: mostrar los encadenamientos, articulaciones, saltos y movimientos circulares del pensamiento; mostrar la trayectoria, más que el fin.
En la cantera de Les Baux-de-Provence, durante los años setenta, Albert Plécy, pionero de la imagen más allá del marco, inventó el concepto de Image Totale© y fundó Cathédrale d’Images. A base de ir haciendo pruebas con sus primeros proyectores consiguió nuevos ángulos y despejó las cuevas para hacer los primeros experimentos con imágenes gigantes, envolventes y “esculpidas” en los bloques de piedra de las entrañas del macizo de los Alpilles. Las imágenes se proyectaban con una altura de entre 15 y 17 metros, sobre un solo bloque. Cathédrale d’Images se construyó sobre piedra caliza y barro. A ello le siguieron la estafa y la expulsión. La Cathédrale se exilió, y Annabelle se convirtió en una migrante, con el arte a cuestas. Yo tengo orígenes gitanos. Nos conocimos y congeniamos.
La exposición Imagine Picasso se hizo itinerante. Algunos espacios estaban muy limitados en altura, y la idea de escala vertical (inherente a Les Baux, y a las raíces de Cathédrale d’Images) quedó obsoleta. El primer espacio expositivo, La Sucrière, tenía techos bajos. ¿Cómo podrían sobrevivir unas obras de arte tan gigantescas en espacios de altura inferior a los 3,25 metros? La proyección de las imágenes en Imagine Picasso ya no sería vertical. Apareció lo oblicuo (vaya aquí un saludo a mi amigo Claude Parent, ya fallecido).
La proyección oblicua y los soportes inclinados son una de las características del sistema escenográfico adoptado para mantener la escala de las imágenes. Le confieren a la exposición una topografía nueva: la imagen ya no se proyecta en paredes, ni en planos ortogonales en el sentido horizontal/vertical. La imagen, magnificada, se hace fugaz en su percepción, y dinámica en su elocución.
Imagine Picasso permite deambular despierto por un paisaje nacido de un plegamiento ciclópeo. Las imágenes de las obras de Picasso se pliegan, colisionan y chocan entre sí. Sus brillantes obras adquieren su sentido en estas colisiones y estas yuxtaposiciones: Picasso no trabajaba de forma lineal, sino por idas y venidas, por principios interrelacionados. Ninguno de los “experimentos” que creó existe particularmente como tal, sino en relación con un corpus general e ingente. La escenografía que he creado es un desajuste orgánico y emocionante. Lo primero que hay que recordar es que Picasso era un ogro, con una producción profundamente pulsional y carnal, irrigada por el sexo y la muerte. Desde un punto de vista sensorial, pictórico y metafísico, podría ser que el principio mismo de la exposición Imagine Picasso se basara en la noción de orgía.»
Androula Michael es historiadora de arte contemporáneo y directora del Centre de recherches en art et esthétique (CRAE UR 4291) de la Universidad Picardie Jules Verne.
Especialista en Picasso, ha escrito un gran número de textos sobre la obra del artista, como Picasso poète (2008), publicado por la École Nationale Supérieure de Paris.
Como miembro de la Asociación Internacional de Críticos de Arte (A.I.C.A) y comisaria independiente, ha hecho del comisariado una parte fundamental de su investigación académica, que se centra en Picasso, la recepción crítica de la obra de Pablo Picasso y
Marcel Duchamp, así como en cuestiones de/post/coloniales en las artes.